Como afecta la llegada de los hijos a la pareja
Se puede decir que la mayor parte porque un bebé necesita muchas cosas y que todas se las demos nosotros. Esto implica pasar de sólo pensar y dedicar tiempo a nosotros mismos y a nuestra pareja para dedicárselo a los hijos. Y ya sabemos que lo que no cuidamos se deteriora. Te damos 10 claves para mantener la pasión con tu pareja tras la llegada de los hijos.
La convivencia y la llegada de los hijos son unas de las etapas de crisis identificadas en la trayectoria de toda pareja.
Influencia en la relación
Nos vemos abrumados por la falta de tiempo, del agotamiento y lo más probable es que nuestro malestar lo proyectemos al otro y hagamos una atención selectiva en lo negativo. La falta descanso también nos hace más sensibles y las diferencias y discusiones aumentan en número e intensidad. Y la dificultad en encontrar momentos para el diálogo e intimidad hace que los conflictos queden sin resolver y se acumulen dejando sólo espacio para el resentimiento y el reproche.
Normalmente comienzan por el reparto de responsabilidades, por lo general la mujer considera que está más implicadas en ellas y que al hombre le cuesta asumirlas o identificarlas, quizás porque no ve la necesidad de muchas de las demandas o tiene otra forma de llevarlas a cabo.
La diferencia en la forma de criar y educar a los hijos así como la modificación en los hábitos de ocio y tiempo personal son otros de los motivos que hacen que la pareja se debilite.
Todo esto afecta a la convivencia, a la comunicación que se hace imposible y a la disminución o calidad de las relaciones sexuales.
Debemos tener claro que nosotros somos modelos para nuestros hijos y para la forma en la que se relacionará en el futuro, por tanto que cuanto mejor relación tengamos con nuestra pareja, nuestros hijos también las tendrán con las suyas en un futuro y más habilidades adquirirán.
Claves para mantener la relación
- Interés y esfuerzo por parte de ambos.
- Identificar las fuentes de conflictos y darles solución, centrándonos en la solución del conflicto y no en él. Con empatía y comprensión no sólo de lo que a mi me ocurre sino de lo que también le ocurre a mi pareja. Salir del yo para comprender el tu.
- Reparto de responsabilidades equitativa. Tanto en el cuidado hijos, domésticas, fuente de ingresos, redefinir las bases de la relación y educación de los hijos
- Comenzar a cuidarse de nuevo, dejar de ser padres y volverse a dar importancia a sí mismo. No te descuides!
- Comenzar a focalizar la atención en aspectos positivos. Ejercicio de tener 3 detalles semanales con la pareja.
- Hablar mínimo 20 minutos diarios sobre temas personales y/o de pareja, no de responsabilidades, niños. Hablar de cómo nos sentimos, de nuestras emociones facilita la empatía.
- Imponer rutinas saludables: No salir de casa sin despedirse con un beso, no llegar a casa sin haber saludado con un beso ni irse a dormir sin haber dado un beso de buenas noches.
- Buscar mínimo 3 horas a la semana de intimidad con la pareja en la que sea un espacio libre de responsabilidades y sólo haya tiempo para reírse, contar inquietudes, redescubrirse. Puede haber sexo sin amor pero no amor sin sexo
- Innovar, salir de la rutina y tratar de sorprender a la pareja con la pareja. Reinventarse cada día. Rutina y aventura son difíciles de unir pero necesario hacerlo para que devolver la pasión a la pareja.
- Poner mucha atención para que tu mente se vuelva a erotizar, es una cuestión de focalizar la atención en el deseo, con la ayuda de la pareja. Hacer que nuestra mente no sólo esté en las obligaciones y responsabilidades
Compaginar vida familiar y en pareja
Lo Primero de todo que ambos pongan intención, esfuerzo y disposición de ánimo ya que sin ellos, por muy posible que sea, siempre encontraremos excusas y no motivos.
Es una cuestión de analizar nuestra situación, no es lo mismo una familia con un hijo que una que tiene cinco. A veces el día a día y la rutina nos aplastan y no nos paramos a tratar de organizarnos mejor, nos dedicamos a lo urgente no a lo realmente importante. Es posible que pasemos etapas en las que sea más complicado dedicarnos tiempo pero si estamos coordinados y tenemos interés en encontrar tiempo para la pareja se hará posible.
Punto fundamental por tanto, el reparto de tareas en es que se sienta una cierta equidad para que nuestra mente ponga atención en los aspectos positivos, y por tanto en el deseo, de nuestra pareja en lugar de en los reproches.
No se trata de dejar de atender a los hijos sino quizás de cambiar las rutinas y hacer que se vayan a dormir media hora antes para al menos disponer de esos 20 minutos para compartir con nuestra pareja nuestro día, cómo nos sentimos, con el fin de que mantener el vínculo y sentir el interés y comprensión de nuestra pareja. Una comunicación atenta y constante es vital para. Y por supuesto mantener una comunicación durante el día para temas que son importantes y para simplemente interesarnos por el otro.
Encontrar al menos tres horas a la semana para disfrutar con nuestra pareja, sin niños, sin obligaciones, sin responsabilidades donde sólo se hable de aspectos positivos y no de responsabilidades.
Practica la introspección
Algo que nos resulta muy difícil es identificar mi parte de responsabilidad en los conflictos que hay en la relación y enfocar nuestras quejas más en la solución que en la crítica. Por ejemplo tendemos a “responsabilizar” siempre al otro de mi malestar:
- No ayudas en casa y con los niños “nunca”
- Sólo piensas en tus cosas y no tienes en cuenta lo cansada que estoy
- Nunca me escuchas ni me comprendes
- Has cambiado, ya no eres como antes
Para que las relaciones funcionen tiene que haber una apertura mental y ser constructivo.
Lo primero es identificar si mis acusaciones son del todo ciertas:
- Quizás no es cierto que no ayude “nunca”, llega tarde de trabajar porque él tiene más responsabilidad en traer dinero a casa. Es posible que cuando lo intenta le digo que mejor lo hago yo porque el no sabe. Creo que no estoy siendo justa, la próxima vez le pediré que haga cosas concretas y tendré en cuenta que si no está en casa es porque está trabajando porque su trabajo tiene más peso que el mío, así lo acordamos.
- Es posible que tenga tendencia a pensar en él y le cueste ver que estoy cansada pero si es así le pediré que cuide a los niños o haga determinadas cosas cuando esté muy cansada. Por otra parte, no me sentiré mal por descansar y no cuidar a los niños cuando esté agotada porque estaré mas descansada y con más energía para atenderles, será positivo para todos.
- Es cierto que tengo la sensación de que nunca me escucha pero también es verdad que le grito y le hablo mal y se lo digo cuando va a salir a trabajar cuando está llegando a casa, quizás sean motivos por el que no me escucha. A partir de ahora, cuando quiera hablar con él trataré de sentarme con él y explicarle asertivamente como me siento y qué me gustaría que hiciera.
- Es verdad que ha cambiado, quizás yo también, antes era detallista, tenía ilusión, proponía cosas, cuando llegaba a casa le sonreía y le daba un beso, tenía ilusión por hacer planes con él, voy a buscar el restaurante donde cenamos por primera vez y voy a reservar este sábado para ir a cenar, le daré una sorpresa dejando a los niños unas horas con mi madre. No me sentiré mal por ello porque mejorará nuestra relación y los niños empezarán a ver un modelo de pareja que deseo para ellos.
Con estas simples prácticas de hacer una introspección buscando la veracidad y la responsabilidad de lo que decimos y pensamos, así como siendo ejemplo de lo que esperamos recibir, la tensión en la pareja disminuirá y podrá comenzar a tejerse unos nuevos lazos acordes a la nueva situación que atraviesa.