Los diferentes estilos de comunicación en nuestra relación con los demás

Existen distintas maneras de comunicarse, está claro es que somos seres sociales y nuestras formas de interactuar con los demás, marcan una clara diferencia, en relación a la forma de hacerlo y de reaccionar frente a las opiniones y emociones de la otra parte. Las habilidades sociales, son el conjunto de comportamientos que vamos aprendiendo y desarrollando a lo largo de nuestra vida y que posibilitan que nos relacionemos de manera satisfactoria con los demás, o por el contrario, que generan conflictos en nuestra interacción con los demás.

Ya sea con nuestros familiares, nuestros amigos o pareja, o con nuestros compañeros de trabajo, la manera de expresarnos influye de forma profunda en el tipo de relaciones que establecemos con los otros y a la inversa, también afectan a la percepción que los demás generan de nosotros y a su manera de respondernos.

Si una persona se respeta a sí misma, siempre será mucho más sencillo que los demás la valoren y se relacionen con ella desde el respeto. Contrariamente a lo que pudiera parecer a simple vista, aunque las exigencias y las manipulaciones puedan surtir efectos a corto plazo, a la larga solo generan conflictos y relaciones insanas.

Aprender a ser generosos con los demás, estableciendo los limites apropiados nos propicia una mayor libertad y bienestar a todos los niveles. No siempre resulta sencillo, muchas veces, nuestro modo de comunicarnos se ha desarrollado durante mucho tiempo, convirtiéndose un hábito, pero el primer paso para poder efectuar un cambio es conocer y poder entender de qué manera nos relacionamos con los demás.

A grandes rasgos podemos distinguir entre cuatro estilos de comunicación diferentes: estilo pasivo, agresivo, pasivo agresivo
o asertivo.

Las personas pasivas anteponen los intereses de los demás a los propios, se expresan de forma insegura o sienten culpabilidad por pedir aquello que necesitan y encuentran grandes dificultades a la hora de negarse a las exigencias de los demás, a pesar de que, estas, vayan en contra de sus propias necesidades o intereses.

Las personas con un estilo comunicativo agresivo, a pesar de expresar de manera directa y con seguridad aquello que piensan o sienten, lo hacen forma inadecuada, generalmente desde una posición de lucha de poder y sin respetar las emociones o las necesidades de los demás.

Por su parte, el estilo pasivo agresivo de comunicación, posee rasgos de los dos estilos anteriores y las personas que tienden a comunicarse de esta manera, se mueven entre la ausencia de empatía y la mala gestión comunicativa, muchas veces, no expresando claramente sus necesidades o intereses, pero mostrando una clara hostilidad con la que, de alguna manera, tratan de generar sentimientos de culpa en los demás.

Frente a estas maneras insanas de comunicación, la asertividad, se presenta como un estilo comunicativo en el que, el equilibrio entre nuestras propias necesidades y el respeto por nuestras ideas, se da acompañado por la validación de las opiniones y sentimientos de los demás. La única forma sana, por tanto, de relacionarse con los otros, es desde el respeto por uno mismo y la empatía hacia los otros.

Asertividad

¿Qué es la asertividad?

La asertividad es, sin duda, una de las claves de la inteligencia emocional.

Ser asertivo significa actuar autoafirmando las propias ideas, intereses y emociones, al mismo tiempo que, somos capaces de reconocer el derecho de los demás a sus ideas, emociones e intereses, es decir, la asertividad es una habilidad comunicativa mediante la cual podemos transmitir sin sentimiento de culpa o temor, nuestra opinión y a la vez ser empáticos y respetuosos con los demás.

Las personas asertivas:

  • Reaccionan ante los conflictos de manera serena y sana, entendiendo sus propias necesidades y respetándolas, pero respetando y sin dañar al mismo tiempo, a la persona con la que tiene el conflicto.
  • Muestran empatía hacia los demás y respetan sus derechos propios.
  • Escuchan y validan las emociones de los demás.
  • Procuran soluciones equilibradas a los conflictos.
  • Poseen estabilidad emocional.
  • Son sinceras sin ser hirientes.
  • Mantienen relaciones interpersonales sanas.
  • Tienen autoestima y seguridad en sí mismas.
Por tanto, aunque los estilos comunicativos agresivo, pasivo y pasivo agresivo pueden, aparentemente, generar más beneficios a corto plazo, ya que las personas agresivas suelen conseguir lo que desean y las pasivas suelen evitar algunos problemas a priori, a la larga y con perspectiva, el estilo asertivo es el único que posibilita beneficios reales y duraderos, puesto que la base de las relaciones que establece, esta fundamentadas el respeto y se consolidan de manera sana, dentro de los límites de la libertad individual, la empatía y el respeto por los límites y las emociones del otro, propiciando relaciones más estables, equilibradas y duraderas.

 

Trabajar y potenciar nuestra asertividad

La asertividad también se aprende, se desarrolla y se trabaja, nuestro estilo comunicativo es siempre susceptible de ser cambiado a fin de mantener relaciones interpersonales más fructíferas y saludables.

Consejos de comunicación asertiva

  • Habla desde tu propia experiencia y percepción de las cosas: Sustituye el “esto es asi…” Por “Yo lo veo, o lo siento de esta manera” de esa forma estás dando cabida también a la percepción y emociones de tu interlocutor, mientras respetas tu propia visión de las cosas.
  • Admite tus errores cuando sea necesario y muéstrate dispuesto a efectuar los cambios necesarios para mejorar cuando sea preciso. Una dosis de humildad a tiempo puede hacernos crecer como personas.
  • No supongas o des por hecho nada de los demás, pregunta tus dudas antes de reaccionar o responder de manera agresiva. No supongas intenciones sin haber sido claro y directo a la hora de disipar tus incertidumbres.
  • Trata de aceptar las criticas siempre que sean constructivas. La visión del otro puede enriquecernos. Y si necesitas alguna aclaración al respecto pídela de manera concisa y concreta.
  • Si necesitas efectuar una crítica, hazlo de manera puntual y concreta, las generalizaciones nunca son buenas y pueden herir a la persona que la recibe.
  • Procura llegar a acuerdos teniendo en cuenta tus necesidades y circunstancias y valorando siempre las de los demás. Si solo estás de acuerdo con una de las partes del discurso del otro, expón tus ideas desde el respeto tratando de hacer llegar a los demás tus impresiones siempre con calma, pero sin perder la determinación.
  • Emplea frases de apoyo e interésate por las emociones de los demás.
  • Pregunta su opinión y acerca de sus sentimientos.
  • Frente a las personas agresivas, repite tu opinión sin variar tu propio punto de vista, ni tu tono de voz, como si fueras un disco rayado.
  • No reacciones, y mucho menos respondas de manera agresiva. La hostilidad siempre genera más hostilidad y a la larga solo trae problemas mayores.
  • Y, ante todo, piensa que siempre existe una forma de transmitir lo que deseas con tranquilidad, mantén la calma, respeta tus emociones y tus tiempos y acepta que las demás personas pueden no ver las cosas de la misma manera.
Si necesitas más información al respecto no dudes en contactarnos.