Consecuencias Psicológicas del Coronavirus
A pesar del bombardeo de la información sobre el coronavirus en las últimas semanas, es difícil que alguien no sepa aún qué es el Coronavirus, o Covid-19. Sin embargo, al llegarnos tanta información, y tanta contradicción entre ella, voy a partir de 0 para poder tener un marco común.
Según la OMS, los coronavirus (CoV) son una amplia familia de virus que pueden causar diversas afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves. Lo que nos está afectando en este momentos, COVID-19 es una enfermedad infecciosa causada por un nuevo virus que no había sido detectado en humanos hasta la fecha.
Actualmente esta enfermedad no está teniendo solamente una consecuencia sobre nuestro organismo sino también en el resto de nuestras áreas vitales. Como toda nueva situación, tiene su propio proceso. En estos momentos estamos en la fase de preocupación por lo orgánico y por no contagiarnos, sin embargo poco a poco la preocupación se irá desplazando a otras áreas, como consecuencia de las medidas y protocolos que ha adoptado el gobierno con el fin de frenar la propagación y llegar a su extinción.
¿Cómo nos afecta psicológicamente?
En primer lugar
La inesperada aparición de esta enfermedad y sus consecuencias, la primera reacción es de shock. Quizás las primeras sensaciones han sido de incredulidad, con repetición de la frase “no me lo puedo creer”. A esto llegamos porque nuestro sistema nervioso ha detectado que la imprevista situación es amenazante para nuestra integridad física y/o emocional, todo el equilibrio construido hasta ahora se desmorona. A esto le sumamos una extraña sensacion los primeros días al despertar y ser conscientes de la nueva realidad y los cambios que implica en nuestro día a día. Todo esto nos dificultad la capacidad de pensar de un modo claro para pasar a la acción, unido a un conjunto de síntomas fisiológicos y emocionales de malestar.
En segundo lugar
El estar sometidos a un bombardeo de información, mucha de ella contradictoria en cuanto a su gravedad, provoca una mayor incertidumbre y falta de control vital. Esto nos lleva a poner más atención en la información sobre la enfermedad, que aumenta nuestra incertidumbre y vuelve a desbordarnos por la contradicción y los bulos que circulan. Con lo cual estamos en un bucle de obsesión en la información y en los síntomas del que no podemos salir.
En último lugar
Las medidas de confinamiento y restricción de actividades sociales, familiares, de ocio, e incluso profesionales, en la mayor parte de los casos, supone grandes cambios, y éstos la primera reacción que provocan es el miedo ante la novedad y el futuro.
Esto seguramente tendrá diferentes fases:
La primera es de expectación ante el cambio de rutinas. Al principio la sensación será de extrañeza e incomodidad pero poco a poco nos iremos adaptando. Que existan otros síntomas dependerá de la situación de la persona y los hábitos que tenga.
Una segunda fase empezaremos a cansarnos de estas restricciones, tenemos una capacidad limitada de sobrellevar adecuadamente estar sin actividad física ni relaciones sociales. Esto provocará, dependiendo de cada persona y situación, nerviosismo y ansiedad, tensión muscular y otro tipo de síntomas fisiológicos cuya intensidad variará en cada persona. Esta fase es realmente preocupante puesto que podemos desarrollar ademas trastornos como depresión, distintos tipos de fobia, ataques de pánico, crisis de ansiedad, obsesiones, hipocondrías, trastornos del sueño,…por no mencionar las problemas que se producirán en las relaciones con la pareja, la familia y/o personas con quienes se conviva
Otra fase, que puede darse paralelamente a las anteriores, es el miedo y/o preocupación por las consecuencias económicas que está provocando toda esta situación. En función de cada caso, ese miedo bloqueará sin poder pensar, y en otros casos estaremos obsesionados con los datos de la bolsa y situación económica que, en muchos casos, buscará alternativas.
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¿Cómo identificar que psicológicamente me enfrento a esta situación de un modo inadecuado?
En general, lo preocupante es la intensidad y frecuencia más que determinadas comportamientos. Sin embargo, debe alertarnos si estamos sintiendo de forma intensa y frecuente los siguiente síntomas:
- Preocupación excesiva por la enfermedad: necesidad de estar enfocado en la enfermedad ya sea informándose sobre ella, en la evolución en la sociedad, concentrado en los síntomas, preocupación por enfermar…
- Imposibilidad de calmar los síntomas a través del razonamiento.
- Dificultad para concentrarse o interesarse por otros asuntos.
- Cuesta desarrollar las tareas diarias o concentrarse en el trabajo;
- Miedo que paraliza
- Síntomas fisiológicos: un aumento del ritmo cardíaco, respiración acelerada (hiperventilación), sudoración, temblores sin causa justificada, trastornos en el sueño.
Esto seguramente tendrá diferentes fases:
La primera es de expectación ante el cambio de rutinas. Al principio la sensación será de extrañeza e incomodidad pero poco a poco nos iremos adaptando. Que existan otros síntomas dependerá de la situación de la persona y los hábitos que tenga.
Una segunda fase empezaremos a cansarnos de estas restricciones, tenemos una capacidad limitada de sobrellevar adecuadamente estar sin actividad física ni relaciones sociales. Esto provocará, dependiendo de cada persona y situación, nerviosismo y ansiedad, tensión muscular y otro tipo de síntomas fisiológicos cuya intensidad variará en cada persona. Esta fase es realmente preocupante puesto que podemos desarrollar ademas trastornos como depresión, distintos tipos de fobia, ataques de pánico, crisis de ansiedad, obsesiones, hipocondrías, trastornos del sueño,…por no mencionar las problemas que se producirán en las relaciones con la pareja, la familia y/o personas con quienes se conviva
Otra fase, que puede darse paralelamente a las anteriores, es el miedo y/o preocupación por las consecuencias económicas que está provocando toda esta situación. En función de cada caso, ese miedo bloqueará sin poder pensar, y en otros casos estaremos obsesionados con los datos de la bolsa y situación económica que, en muchos casos, buscará alternativas
Consejos para que la nueva situación derivada del Covid-19 no afecte a nuestro Sistema Psicológico y Emocional
- Intenta no hablar y estar siempre pendiente de la multitud de mensajes sobre coronavirus que nos llegan.
Recuerda que no toda la información es veraz. Estar informado de las fuentes oficiales y llevar a cabo todas las medidas de protección y precaución indicadas y que todos sabemos, son suficientes como para estar protegidos e informados sin estar metidos en el problema.
- Procura mantener tus hábitos y rutinas diarias para que, cuando todo termine, nos resulte más sencillo volver a ellas.
- Trata de llevar una vida lo más sana posible alimentándote de forma saludable y ejercitando tu cuerpo, en la medida de lo posible.
- Muévete, el cuerpo necesita movimiento o al menos estiramiento. Sentirnos ágiles es garantía de bienestar. Hay muchas opciones en distintos medios para ejercitarse y hacer estiramientos, puede ser una buena y divertida actividad en familia.
- Cuídate, no te abandones y aséate. Sentirnos limpios y cuidados a pesar de estar en casa nos hará sentir bien y a los que te rodean también.
- Aprovecha para descansar.
- Vigila tus pensamientos para que tu inconsciente no te traicione invadiéndote de pensamientos negativos y miedos. Hazlos conscientes y modifícalos por pensamientos más positivos y coherentes, no permitas que el miedo te invada.
- No te «preocupes» y, en lugar de ello, “ocúpate” de resolver reflexivamente cada situación que se vaya presentando en lugar de actuar impulsivamente ante ellas.
- Si sientes que te invaden síntomas físicos y/o emocionales de malestar, no dudes en pedir ayuda lo antes posible para controlarlos antes de que aumenten y afecten más a tus áreas personales. Yo sigo trabajando para ayudarte.
- Desconéctate del móvil y aprovecha para reconectarte contigo, tus necesidades, tu tranquilidad y paz interior y compartir momentos de calidad con las personas con quién convives y, a través de los medios de comunicación, con otros seres queridos con quién no tienes puedes mantener ese contacto habitualmente,…
En definitiva, intenta aprovechar y transformar está situación en algo realmente positivo para tu superación personal y la de los tuyos, y llevar a cabo todo aquello que nuestro día a día no nos permitía.